jueves, 22 de noviembre de 2007

Día 21

Hoy, después de mucho tiempo, fui al médico. El dolor de panza es intolerable, no puedo cagar, cuando pueda voy a tener un hijo de mierda casi con meritos para recibirse en la facultad- el sueño de su papí. Igual, no te preocupés, estoy bien. Sólo debo aguantar. Las enfermeras, incluyendo a la médica que me atendió eran realmente hermosas. Yo no sabía de que manera decirles que el problema era que no cagaba y buscaba todo el tiempo decirlo pero nunca lo lograba, hasta que ella me dijo directamente: Pero estás cagando o no? Así me lo mandó y yo repuse: Si, el problema es que no estoy cagando lo suficiente. A veces el estómago, vamos a decir, se vuelve vago y no cumple con su trabajo. Que linda, que tierna, era una madre pero carnal con un cuerpo joven y apretado a su uniforme violeta azul, me gusto verla agacharse y buscar unas pastillas, porque en ese movimiento la cola se pego al pantalón y la bombacha se volvió evidente. Blanca, sin llegar hacer colales.
Fue terrible, esperé para que me atiendan casi tres horas viendo pasar a gente muy enferma, algunos al borde de la muerte. Sé que estoy siendo muy directo pero te quería contar esta mañana que ha sido bastante extraña y aburrida, además, mientras esperaba leía un libro de Calvino, terminé Drácula el cual es realmente fantástico. Te quiero y te extraño mucho, espero que nos veamos
Yuyo.

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