domingo, 11 de enero de 2009

Día 39

El secreto es como la doble vida de las cosas. Es imposible no creer en mundo paralelos. El secreto es agua que corre de boca en boca sedienta y nace como planta suculenta por quien lo dice. Da vida en brote junta a la tierra. Nos une y nos contornea. Vos sos un secreto, por ejemplo. Yo te vengo moldeando, tocando, a minorando la marcha de vez en cuando para no excederme demasiado. No estoy nervioso, como dice Z, estoy ansioso, de que salga de que florezca algo. Y a lo mejor ya esta floreciendo y yo no me doy cuenta. Hoy voy a escribir el texto más verde de la historia. Verde texto. Verde como tu cancha. Que linda tu cancha. me encanta tu canchita. Debo regar tu cancha. y así...
Domingo en el trabajo. Pienso en un tango versión cumbia: Nada queda ya en tu casa natal, sólo tela arañas que teje el yuyal y el rosal tampoco existe y es seguro que se ha muerto al irte tú, todo es una cruz.-. Lo canté a viva voz por la calle, bajo el sol del mediodía. sonó bonito aunque innecesario. El día no termina. Ayer, le comenté a Z, de mis inventos de libros. Vino un cliente pidiendo un libro sobre ladrones o aprendisaje sobre distintos actos delictivos, no sé, robarle a una vieja y esas cosas. Yo le dije que no. Que habia algunas recopilaciones de textos sobre ladrones. Uno se llamaba Ser pillos. Con relatos de escritores argentinos sobre ladrones y policias; una boludes pero hace mi trabajo más diverito. Esta semana ya he encontrado mi epitafio: mañana no voy a trabajar. Me parecío un justo epitafio.
No soporto más el dolor de cuello que tengo. El dolor se encuentra del lado izquierdo y no me deja girar la cabeza. Es terrible y perseverante, hace tres o cuatro días que lo tengo.
aHORA, AL RATO, vuelvo.