miércoles, 26 de noviembre de 2008

Día 31

Ayer hizo un calor terrible. Que suerte que andés por esos lugares tibios que tan precisos caen a la fisonomía de tu cuerpo. Lo bueno del calor es la desnudez a Z le sienta muy bien. Toda transpirada, desnuda, con esas tetas tan calidas rebosantes que uno quisiera undirse en ese entrecejo que se le arma. Cuando se da vuelta siempre inclina un poco la espalda y saca la cola, como a mi me gusta. Me encanta. Yo le pasé hielo toda la noche por el cuerpo. Mi pija parada, caliente. No hicimos nada. O mejor dicho, no penetramos nada. En un momento eso me ofuscó pero luego supe calmarme, o al contrario. El calor se volvío mas insoportable y terminamos durmiendo, los dos, en la hamaca paraguaya. Por lo menos un rato. como puedés ver, no dormí mucho. Me pregunto si hoy llueve? llueve por esos lados? W dice que yo nunca podría ser veterinario, tiene razón, pero me hubiese gustado a verlo sido - a verlo sido puede ser el nombre de un ave. Los verbos son acciones, las acciones son cambios, jamás supe manejar las letras, jamás supe manejar. Te extraño. No me canso de decirlo. Quiero tener mi compu para poder escribirte tranquilo. Quisiera, pudiera no tener tantas faltas. Z siempre me las remarca. Hoy, o mejor, hace mucho tiempo llegue a la conclusión de que soy un romantico y eso sin dejar de ser gracioso me da un poco de asco. Debería borrar lo escrito recien. No dejar pasar esas cosas. Asi siempre me querés. pero no puedo. Estoy hecho un porfiado. Voy a dejar, mi compañero de laburo me mira como diciendo a ver cuando trabajas. El trabajo produce dos cosas: cuando no lo tenés es como un cigarrillo mañanero que te despierta el estomago y te lo vacia al mismo tiempo y cuando lo tenés es como una piedra en la garganta.
perdón por el tiempo
estoy como el día
caluroso y molesto
besos todos los mios los tuyos los nuestros
suyo mas yuyo