martes, 28 de abril de 2009

Día 48

No quiero enojarme con vos. No quiero enojarme, en general. Por eso me quedo mirando fútbol. Ayer me di cuenta lo ínutil que soy en todas las cosas que me interesan. Un pibe de 22 años me dio una sacudida con su corto. Me paso el trapo, como quien dice. Sin tenerle miedo a la belleza. Y yo, otra vez encerrado en mi impotencia. Te extraño desesperadamente, hoy que veo como todo se cae como una casa de naipe, hoy que entiendo que soy mas limitado que ninguno, hoy que lo mejor seria dejarlo todo así como esta y ahogarse, hoy que me doy pena, te extraño. Y parece que podría fundar un pueblo lleno de oscuridad y ponerle tu nombre. No estoy escribiendo, me estoy regalando. Escribo tanto en el diario de mi cabeza que cuando llego aquí me siento sin fuerzas. A lo mejor me conviene bañarme, así se me muda la piel, pero el baño de la casa es insoportable pasa del agua intensamente fria al agua insoportablemente caliente. Imposible. X entró, como era esperable. Me alegro, espero que sean todos buenos amigos cuando las cosas me vayan mucho peor. Estoy trabajando en tres cosas pero ninguna tiene nada, solo los titulos. Deberia dedicarme hacer titulos, solo eso. Por ejemplo: El río de las mujeres, una historia sobre treinta mujeres, niños y un paralitico que viven en un pueblo en medio de la guerra del paraguay ( triple alianza) Nada del otro mundo, no hay nada ahí. Quisiera filmar cocinero dos pero se muy bien como termina todo eso. Con Z las cosas van. van. van. A lo mejor cuando se termine modelo vivo y ella vea que conmigo las cosas no mejoran, que no hay mucho que vaya a pasar, que no hay mucho que pueda crear más allá de ilusión vacía, se va a ir. O mejor dicho, yo me voy a ir.
El libro marcha, aunque Cojeme y Mapa no me han dicho nada , ni dado correcciones. Es terrible, si las propias personas que te quieren no te pueden leer como esperar que lo hagan los desconocidos. En realidad no lo espero, no tengo nada que decir aunque no pueda dejar de decirlo. Tendria que hacer un libro de cinco mil hojas blancas y en el medio, perdido, escribir: no tengo nada que decir. Ja. Cuanta estupidez puedo tener en la cabeza. A medida que pasa el tiempo me doy cuenta que no hay nada en mi que fluya con naturalidad, desde el interior, desde la médula, todo lo que soy es copia, imitación. Ni siquiera una sátira, sino, mas bien, una deformación. A lo mejor, lo único mío propio sea la crítica. Pero ni tampoco, lo mejor de la crítica es la pose. Mi laburo es justo para mi. No hay que saber mucho, sólo aparentar. No hace falta leer todos los autores sólo saber en que lugar están, y eso te lo da el tiempo. Bueno nunca he sido tan rastrero como estos días. Es que ya no siento los ecos de tu voz, tu voz la mierda que calma el día. Podrías al menos reírte de mí. Yo lo hago, frente al espejo, siempre. No quiero hablar de mí. mí no se soporta. Vos cómo andás, en qué andás. ¿Es verdad que sos feliz?, así de estupida te sentís, así como la frase. Me alegro. No hay que hacer nada, las cosas pasan, así en la vida como en la pareja, yo no elijo. Me voy, tengo que drogarme con futbol, en mi cabeza yo soy la pelota.

te mando un beso grande
grande y terrible
como el que se apoya en la frente de un hijo
antes de cerrar el cajón.

tuyo yuyo liyo
arrollo
por siempre.

domingo, 26 de abril de 2009

Día 47

En qué andás. Con quién. Te seguís riendo igual. La libertad no es otra cosa que andar separados. Ya te extraño y esto recién comienza.

Día 46

No tengo valor. No me queda. Al cruzar la noche, en el silencio de mi cabeza, cuento las horas que me quedan hasta llegar a la casa. No vés, estoy escribiendo y puedo hacerlo sin sentido toda la noche. Tengo los pies cansados, doloridos, estas zapatillas aprientan demasiado. Se lo dije a Z, pero ella insiste en que son las mejores, las más caras. Recien, en el taxi, no aguante todas las cuadras que me propuso el silencio de mi cabeza y me tomé un taxi, un prometeotaxi ( todo trabajo o estudio arma un código, el otro día el cuida coche me dijo que cuando alguien le da más de 2 pesos es un cochesuerte, y que cuando le dan una moneda de 10 ctvs, a esa miseria, la llama semilla, yo podría ser un buen cuidador de coches, lástima que vos no tengas auto) Iba a decirte algo pero el parentesis me saco las ganas. Podría escribirte, pero no quiero. Hoy va a ser el último día que te escriba. Me cansé de esperarte. Estoy escuchando Victor Jara. Son las cuatro y veinticinco de la mañana, las cosas no podrían andar peor. En su diario, Lev Tolstoi escribe: (el día que entierran a su hijo de doce años): "Enterramos a Vániecka. Terrible, no, terrible no, un gran acontecimiento espiritual. Te doy las gracias, Padre. Te doy las gracias." Fue un 26 de febrero de 1895. La fe es incierta, la muerte no. Estoy cansado, no creo que vuelva a hablarte.

viernes, 17 de abril de 2009

Día 45

Ayer soñé con un árbol, uno viejo que marchito se sostenía en la puerta de entrada, en el hall de lo que era, en mi sueño, la casa que habitaba ( digo la casa, ya que ninguna casa es mía) y yo, vestido con un jardinero en cuero ( sin duda lo más extraño y espantoso de la imagen) me disponía a arrancarlo de quajo. Agarro el tronco y tiro con fuerza, cede desde la raíz el árbol dejando un hueco en la tierra. Una cucaracha grande y negra vuela y se posa sobre mi brazo, se posa pq sus patas son chiquitas y es como un aliento lo que me eriza los pelos, pero igual lé pego con la otra mano, aunque fuera una mariposa le hubiese pegado. La aplasto, y en ese instante, ( ¿exíste en ese instante? digo, algo ocurre al mismo tiempo pero no es en ese instante) una manada ( posa, manada, qué tienen que ver con las cucarachas?) de cucarachas me atacan sobre mi cuerpo al desnudo y jeans. Fin. Mañana te escribo bien, hoy tengo hambre y hay mucha gente en el trabajo, preguntas sobre preguntas y yo no tengo respuesta.

te quiero..
algo me dice que pronto nos verémos.
yuyito
en la noche.